Lisandro Rosental, inversor, María Lucía Travaini, directora de investigación y desarrollo, Ignacio García Labari, investigador, y Gustavo Sosa, integrantes del emprendimiento.
Inbioar, la startup argentina que desde 2010 se dedica al descubrimiento de nuevos ingredientes activos y productos para la agroindustria a partir de compuestos o extractos naturales de plantas, se prepara para desembarcar con su metodología de trabajo en Paraguay, Colombia, Estados Unidos e India.
¿Cuál es ese método? Detectar grandes áreas recolectando muestras de plantas y suelo para, en laboratorio, determinar la presencia de herbicidas. A partir de los mejores extractos, purifican las moléculas activas y, si es posible, presentan la patente para proteger ese descubrimiento.
Gustavo Sosa, ingeniero forestal de la Universidad de Santiago del Estero y doctorado en biología molecular en la de Rosario, regresó en 2010 a la Argentina desde los Estados Unidos y emprendió el proyecto de Inbioar.
“Lo que hacemos no se repite en otros países y vemos una excelente oportunidad de lograr desarrollos que nos posicionen a nivel global como líderes en el desarrollo de moléculas y agroquímicos biológicos”, dijo Sosa a LA NACION.
En la actualidad, en Japón, Europa y los Estados Unidos están probando extractos herbicidas realizados por Inbioar en Rosario de Ammi visnaga (una maleza global), que inhibe el crecimiento y la germinación de un grupo diverso de malezas. En la Argentina los recolectan en las zonas secas (fundamentalmente en el noroeste) porque es allí donde mejor produce el efecto herbicida. “Tiene que sufrir el estrés de la falta de agua para dar la mayor cantidad de herbicida natural”.
En junio de este año, junto con el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) -del que son socios- presentarán la solicitud en los Estados Unidos para comercializar dos moléculas, kelina y visnagina.
Mientras tanto, dos empresas japonesas con las que están colaborando les pagaron para no ofrecer la patente a ninguna otra compañía mientras se esperan los resultados de sus pruebas en el hemisferio norte. “Están interesadas en desarrollarlas a nivel global; el objetivo es producir en la Argentina y comercializar a nivel global”, señaló.
El equipo de Inbioar se completa con Ignacio García Lábari y María Lucía Travaini, biólogos moleculares. Cuentan con la colaboración de Helmut Walter, que fue vicepresidente de Basf y desarrolló agroquímicos a nivel global durante 15 años.
“Lo más interesante del proceso es que se puede usar una maleza que no participa en el proceso productivo como herbicida natural”, explicó. Señaló que tienen 50 extractos más para investigar que se suman a los cerca de 180 que ya probaron y resultaron.
Destacó que a lo largo de estos años en la firma acumularon una importante experiencia en investigación y transferencia de tecnología en el área de herbicidas y herbicidas biológicos que les permite trabajar con empresas locales y globales en la protección de cultivos utilizando la flora silvestre de sus países o regiones.
Añadió que las mismas especies de plantas que crecen en diferentes áreas pueden producir diferentes cantidades de inhibidores. Además de la Argentina, detectaron regiones de interés para su trabajo en los Estados Unidos, Paraguay, Uruguay, Perú, México, Colombia, India y la región semidesértica subsahariana.
“Podemos trabajar con los extractos de plantas más bioactivos o las moléculas activas puras, para formulaciones futuras. Para completar el proceso, transferimos nuestra experiencia a las empresas para que puedan producir productos comerciales”, describió.
Fuente: La Nación
Por Gabriela Origlia